6 de mayo de 2013

Películas que rescataría del olvido (4) : La cosa de John Carpenter


Quizás la frase que mejor asocio con esta película, es aquella que dice que “el tiempo lo pone todo en su lugar”. Y me alegra que el paso de los años, le diera a esta joya del cine de terror, lo que no tuvo en su estreno: buena prensa y un justo reconocimiento. Y es que John Carpenter, es un director muy infravalorado en el mundo del cine, y sus obras también.

Lo cierto es que influyeron muchas razones para que en 1982, cuando se estrenó “The thing”, su acogida fuera cuanto menos… poco amigable.


Y es que para empezar, la mundialmente conocida “E.T: El extraterrestre” se estrenó algunas semanas antes que esta otra. Y para los que hayan visto ambas películas, sabrán que no pueden ir en direcciones más opuestas; mientras la obra de Steven Spielberg era totalmente sentimental y bondadosa, la de Carpenter mostraba un ser alienígena que sólo provocaba muerte, caos y destrucción, asimilando cualquier forma física posible. Por tanto, la primera, que fue un auténtico triunfo a todos los niveles (reconocimiento, premios, taquilla, público), y siendo de un profundo calado sentimental, lastró la que habría sido el empuje definitivo de Carpenter en Hollywood.

Yo personalmente, pese a ser de géneros y mensajes distintos, no tendría ninguna duda si tuviera que escoger: siempre “The thing”. Aunque es una pena que el bombazo fuera la otra, y que el director encumbrado a la fama fuese Spielberg solamente, y no también Carpenter.

Otra razón de su batacazo inicial, fue la ocurrencia de colocarle la frase de “Lo último en terror alienígena” en los carteles publicitarios. Y es que tres años atrás, se había estrenado el también famoso “Alien” de Ridley Scott, y es posible que la gente que se esperara a ver algo similar, no comprendiera para nada el mensaje de la película, ni la forma de desarrollar la historia. Seguramente pocas fueran las personas que realmente la comprendieran en su época.


Como dije antes, por suerte el tiempo ha ido colocando esta película en la categoría de “obra de culto”, y es una satisfacción ver que en el presente sigue teniendo tirón, sobretodo porque en 2011 se estrenó una aceptable y respetuosa “precuela” de la misma. No es de extrañar, porque al margen de un reparto metido en el papel (donde Kurt Russell será el más conocido para muchas personas), impregna de tensión y dudas al espectador durante buena parte del metraje, y tiene unos efectos especiales espectaculares para su época, donde el ordenador apenas tiene protagonismo, y que a día de hoy siguen siendo geniales. Al menos para los que preferimos el cine claustrofóbico e inquietante de terror al gore gratuito que roza la repulsión, ésta obra es un punto de referencia.

Y una vez hecha una valoración inicial de esta obra, toca hablar un poco del argumento, para animar (o no) a la gente a verla si aún no lo ha hecho. La escena inicial nos muestra un platillo volante que se dirige a la tierra (y una original forma de mostrar el título de la película tras eso). El lugar de la historia es la “Antártida”, y tras la primera escena vemos un perro corriendo a través de la nieve, seguido por un helicóptero desde donde le disparan. El perro llega a una base de investigación americana, donde acaban falleciendo sus perseguidores. Los americanos, tras quedarse con él, averiguan la nacionalidad de los fallecidos, y deciden mandar un grupo hacia su campamento. Una vez allí, descubrirán todo destruido y algunas cosas más, entre ellas un  enorme bloque de hielo descongelado, unas grabaciones hechas por los noruegos, y el cuerpo de una extraña mutación genética. Estas dos últimas cosas son llevadas a la base americana, y a partir de ahí descubrirán que esos científicos noruegos, encontraron un platillo volante enterrado en la nieve, así como un enorme bloque de hielo a poca distancia de él.


Lo que los americanos irán descubriendo en sus propias carnes, es que el contenido de ese bloque, que descongelaron aquellos noruegos, es un ser alienígena capaz de mutar en cualquier forma física, alcanzando la perfección con cada imitación que logra completar.


Y en esa perfección, también entra la especie humana, lo que creará un gran desconcierto entre todos al no sabes quién es humano y quién no…

Así que, para quien guste de una película de tensión psicológica, poco previsible en el desarrollo del argumento (increíble la escena de la prueba de sangre), y de las que dejan un buen regusto pasado el tiempo, ésta es una buena elección.

Por último, quisiera mencionar que ésta película es un “remake” de otra de 1951, llamada “La cosa de otro mundo”, aunque resalten aspectos diferentes. Y como he dicho antes, en 2011 se filmó una nueva versión, aunque narrando lo que pasa en el campamento noruego, para conectar con ésta objeto de mi análisis. Detalle de su valoración positiva con el paso del tiempo, es que hay cómics de “La cosa”, así como un videojuego que narra lo que pasó después de esta obra. Y es que más vale tarde que nunca, cuando se trata de reconocer el valor de una película…



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