Esta película, marcó para
mi un punto de inflexión cuando terminé de verla por
primera vez. Es de esas películas que te hacen pensar durante
su metraje, que te cuentan una historia en dos tiempos: el pasado de
unos hechos y el presente al tratar de esclarecerlos, y en donde uno
mismo trata de hacerse preguntas y respondérselas según
avanzan las cosas. Pero por encima de todo, es una película
con un gran final, maravilloso diría yo en la medida en que te
haya enganchado toda la historia, y tan sorprendente por la forma en
que se ha construído, que es inevitable pensar que estamos
ante una gran película, o, al menos, ante una película
más que notable.
Recuerdo que esta película la vi
poco después de haber descubierto “Seven”, en la que
también intervenía Kevin Spacey. Si “Seven” ya me
sorprendió con su espléndido y sorpresivo final, ésta
película tampoco fue menos, y me sentí más que
satisfecho con las horas que invertí en ver este tipo de
películas. Sirva de detalle que esta película
consiguió, entre otros premios importantes, dos “Oscar” en
1995, uno de ellos al mejor guión original, y otro para Kevin
Spacey como mejor actor secundario.
“Sospechosos habituales” cuenta con
un reparto que para mí fue totalmente acertado. Aunque hoy día
algunos de sus actores son mundialmente conocidos, como el caso de
Kevin Spacey o Benicio del Toro, en la época que se rodó
esta película solían tener casi todos el papel de
secundarios, lo que a mi juicio resalta el interés de la
propuesta, ya que muchas veces las mejores historias son aquellas que
no cuentan con superestrellas. A los ya citados Spacey o Del Toro, se
unía un elenco fantástico de actores como Gabriel
Byrne, Chazz Palminteri (un habitual del cine de mafiosos), Kevin
Pollak, Stephen Baldwin o Pete Postlethwaite (ya fallecido).

La dirección corrió a
cargo de Bryan Singer, que apenas llevaba unos años en el
mundo del cine, y que después de ésta cinta dirigiría
entre otras, “Verrano de corrupción”, “X-Men 1 y 2”,
“Superman returns” o “Valkiria”. Sin duda alguna esta cinta
daba potenciales muestras de su talento tras las cámaras, y
quien se anime a verla podrá comprobarlo. Una vez descrito un
poco la parte técnica, toca narrar de qué va esta
historia.
Todo comienza con un incendio en un
barco, donde parace haber ocurrido algo grave, ya que hay bastantes
personas muertas. Dave Kujan (Chazz Palminteri), que es un agente
especial del servicio de aduanas de EEUU, es el encargado de
investigandar las causas del incendio de ese barco, y su única
fuente de información es Roger “Verbal” Kint (Kevin
Spacey), un estafador lisiado que sobrevivió al incendio. En
comisaría, Kint cuenta que todo comenzó seis semanas
antes en Nueva York, cuando cinco delincuentes, cinco "sospechosos
habituales", fueron detenidos para una rueda de reconocimiento
relacionada con el robo de un camión de armas...

Para descubrir el resto...no encuentro
mejor forma que animaros a ver la película, y dejaros llevar
por la tela de araña que se va construyendo a su alrededor,
que va ganando en complejidad a medida que Verbal va contando más
sobre su historia. Sólo puedo anticipar, que la figura de
Kaiser Soze, irá ocupando paulatinamente un mayor protagonismo
en la trama, y se revelará como alguien a quién todos
temen, que todo lo sabe y ve, y a quién nadie conoce, y a
quien Verbal se refiere con la frase que cierra la película, y
además de un modo espectacular: “El mejor truco realizado
por el diablo fue convencer al mundo de que no existía, y
así...desapareció.”
No sé que más decir,
salvo que merece la pena ver esta joya de película,
considerada de culto por muchos cinéfilos, y que tanto para
personas que no la hayan visto, como para aquellas que sí,
será un disfrute. Espero haberos suscitado el suficiente
interés tanto para una cosa como otra.
P.D: Mi siguiente artículo sobre
esta sección, irá dedicado a “La cosa: el enigma de
otro mundo”, una película de terror de John Carpenter, que
sigue siendo tan buena actualmente como cuando se estrenó hace
muchos años, y que me encanta ver cada vez que puedo.