4 de marzo de 2013

Grupos musicales de tributo a otros, ¿Necesarios o innecesarios?


Hace escasos días visitó Granada una de las mejores bandas  nacionales (para mí la mejor tras haber visto conciertos de otras) que rinden tributo a “Pink Floyd”, y son los llamados “Pink Tones”, los cuales brindaron un apasionante concierto de unas 3 horas de duración, recorriendo desde los temas más conocidos de la banda británica, hasta otros que gran parte de los oyentes podían  no  conocer  por ser más antiguos, o por  no figurar en cada recopilación de éxitos de Pink Floyd. Y a la excelente calidad interpretativa de este grupo nacional, le acompañaba el uso de elementos típicos (tecnológicos  y visuales) de algunas giras de PF, lo que contribuye a destacarles por encima de muchas otras bandas de tributo, ya que el espectáculo visual no hace mejor o peor a una banda musical, pero sí tiende a hacerla distinta de otra/s que no se valen de tales cosas.



Y la pregunta que encabeza este post es la que a veces me hago cuando asisto al concierto de alguna banda de tributo a otras famosas o a algún artista destacado. ¿Son necesarias porque nos acercan a aquellas otras de las que somos fanáticos y a lo mejor nunca podremos ver en directo? ¿O son innecesarias por tocar canciones de otras, en ocasiones con desacierto  o adaptando sus temas a otros estilos musicales?


Cada persona tendrá su lectura acerca de este tema, como es normal y respetable.  Para mí, la respuesta abarca ambas preguntas.  Es decir, considero que en la mayor parte de ocasiones, las bandas o artistas a los que se rinden tributo, como puedan ser por citar algunos ejemplos Pearl  Jam, U2, Joe Bonamassa, B.B King, ZZ Top,  Led Zeppelin, etc… no hacen sino acercarnos a esos artistas o grupos que a lo mejor por diversos motivos, no ofrecen ningún concierto durante su carrera musical en nuestras ciudades (o que en caso de ofrecerlo, no podamos asistir por la razón que sea). Si por esa razón es complicado asistir a una actuación en vivo de la música que me guste, me parece muy acertada la posibilidad de vivir parte de su esencia a través de unos músicos que unidos por el interés que sea (en gran parte el aprecio por esa música en concreto),  traten de acercarla al público de la mejor  forma en que puedan.  Habrá quienes se tomen esta opción de tributar a otros como una afición en sus ratos libres, y quienes se dediquen profesionalmente  a  ello, y no siempre ha de implicar una menor calidad por ello de la adaptación musical que se haga.


A fin de cuentas, todo es cuestión de la percepción que se tenga de ello. Si la principal banda a la que aludo aquí, PF, ya no existe ni toca como tal, es imposible disfrutar de una actuación en vivo de la misma (al margen de que haya infinidad de dvd’s  de sus conciertos y giras), por lo que la única forma  de vivir algo así, se me ofrece por  gentileza de las bandas que la tributan musicalmente. Y bajo esa perspectiva, me parece todo un acierto su existencia, y más aún la variedad de este tipo de bandas que existen, lo que permite oír diferentes formas de captar el espíritu de la principal.


Por otra parte, dentro de ese último aspecto, hay una parte que me cuesta más valorar positivamente. Me refiero al hecho de que al haber numerosas bandas aficionadas que toquen cosas de un mismo grupo, algunas optan por cambiar el estilo musical, o bien musicalmente en cuanto al estilo en sí, o por ejemplo introduciendo voces femeninas o masculinas en lugar de la del sexo contrario con la que asociemos a los músicos originales. Por poner un ejemplo, escuchar a una chica siendo la voz principal en los temas de Pink Floyd, en lugar de en los coros, se me haría raro, no por desprecio a esa persona o su sexo, sino por asociar desde siempre un grupo con sus integrantes, con sus voces, o con el estilo musical. Razón esta última por la que también se me haría raro escuchar temas de ese grupo, cuyo estilo atraviesa el rock psicodélico o el sinfónico como los principales, en clave de otro que no guarde mucha relación. Pero aquí nuevamente toma protagonismo la idea de que cada persona es un mundo, y en la variedad está el gusto. Y eso sigue siendo muy respetable. Y si no lo es, debe serlo.


¿Alguien quiere aportar su opinión acerca de este tema?