28 de febrero de 2012

Cuando la justicia es para los ricos

En este momento me apetecía hablar sobre algo que no escapa al conocimiento de nadie,o al menos no al de quién use un poco la lógica. En concreto me refiero a que la justicia es algo para los ricos. Quiero abordar este asunto sin dar ningún nombre en concreto (a pesar de la más que segura hazaña, que quedará sin consecuencias penales, del yerno perfecto del Rey, precisamente por ser quién es y por su status social), aunque inevitablemente identifiquemos el asunto del que hable con la persona que sea.

La idea central es esa, que la justicia es algo que sólo existe para quién dispone de los mejores recursos económicos, que a la par te hacen acreedor de los mejores abogados/as posibles, que a su vez, suelen ser sinónimo de vencedor en los tribunales. Por eso los políticos casi siempre suelen salir indemnes de sus fechorías, por eso no nos cansamos de ver como gente famosa se mete en embolados y también sale libre.

Por poner un ejemplo sobre esto último, de todos es sabido que un bailador atropelló a un hombre hace unos años, con multitud de circunstancias agravantes (conducía a velocidad superior a la permitida, sin carnet, no socorrió a la víctima, etc...) y que al poco salió libre de la cárcel, ganando por asistir a un programa de televisión y contar su "sufrimiento" (y un cuerno) más de lo que tuvo que pagar a la mujer del fallecido. Atentos porque la cosa tiene su guasa: atropellar a un hombre y pasar poco tiempo en la cárcel, le salió muy rentable a aquel bailador, que ganó económicamente mucho más de lo que tuvo que pagar por indemnización. ¿No es curioso que por matar a un hombre conduciendo un vehículo, aquella persona estuviera menos tiempo en la cárcel del que pueda estar otra por un delito que no sea de sangre?

Eso de la sangre me recuerda otro antecedente muy reciente. Resulta que hace poco salió al fin de la cárcel el preso más antiguo de España, que no tenía en su haber ningún delito de sangre, pero que se había tirado más de media vida entre rejas. No voy a entrar en lo que se tardó en permitirle salir debido a muchas cosas, entre otras su edad, pero sí en la relación ya hecha antes: sigue saliendo más rentable matar a alguien que cometer delitos que no sean se sangre (por muy reincidentes que sean). Y es que para cualquier persona es fácil divisar esa extraña escala de valores que se aprecia en la aplicación del derecho. ¿Si ese preso hubiera tenido el mejor abogado posible, habría salido antes? Vete a saber, esa es la única respuesta que ahora se me ocurre.

Hace poco salió  también indemne de cierto asuntillo "textil" un político, absuelto por (y atentos a la ironía) un jurado popular, donde yo pensé que le cogerían con ganas sabiendo lo que se traía entre manos en su momento. ¿Influyó el que pudiera tener un mejor o peor abogado? Pues seguramente.

Como dije antes, la lista de ejemplos es tan variada y numerosa como uno quiera y pueda imaginar. No es poca la cantidad de personas que habiendo cometido muchos delitos (el "presuntamente" no me apetece asignárselo a ellos), respiran en libertad el mismo aire que las personas que actuamos dentro de las normas. Y es que ese pensamiento no me abandona, porque la justicia es generalmente para quién maneja la pasta, y el derecho por ende tampoco suele andar muy desunido de la mano de quién la maneja.

27 de febrero de 2012

Películas que rescataría del olvido (2): Drácula de Bram Stoker

Para empezar este post, especificaré que a pesar de las numerosas adaptaciones que se han llevado al cine de este personaje creado por Bram Stoker, la que más me ha satisfecho personalmente, ha sido la dirigida por Francis Ford Coppola



Estos años ha vuelto a la palestra el cine de “vampiros”, con cierta saga de crepúsculos, cosa a pensarse bien, porque son películas que mezclan muchos géneros sin ser nada en especial, pero que parecen gustar al poco exigente público adolescente. Pero volviendo al cine de verdad, este post va dedicado a una obra con mayúsculas, a ese Drácula adaptado con maestría por Coppola, e interpretado magistralmente por un siempre excelente Gary Oldman.

En esta película, vemos el nacimiento de este personaje, conocido en su existencia mortal como Vlad “el Empalador”, un defensor de la iglesia cristiana, que al perder trágicamente a su esposa, reniega de Dios y se prepara para vivir una vida eterna, donde la sangre será quien le de la vida.

El reparto de actores es muy interesante, contando, además de con el citado Oldman, con Keanu Reeves (sí,el Neo de Matrix), Winona Ryder, el gran Anthony Hopkins como Van Helsing, y otros secundarios competentes. La ambientación en toda la película está muy lograda, así como todo lo relativo al aspecto de Drácula en sus distintas formas, y otros efectos. De hecho la película consiguió en la gala de 1992 de los “Oscar”, conseguir 3 de los llamados premios técnicos, yendo para el maquillaje, vestuario y efectos de sonido.

 

La historia se resume en la más que vista lucha entre el bien y el mal, para unos por defender algo, y para la otra parte, por querer reclamar algo que es suyo. Sin embargo, la diferencia con muchas películas, es la construcción del personaje de Drácula. Estamos acostumbrados a verlo como alguien que tan sólo busca sangre, en algunos casos una mujer, y otras cosas. En esta obra, se nos muestra su origen, y algo poco explorado por otras adaptaciones: el amor que tras muchos siglos, sigue profesando Drácula hacia la que fue su mujer, y el posterior intento de conquistar a la que cree que es la reencarnación de ésta, varios siglos después, y con todos los poderes que su naturaleza le otorga.

Dicho así puede sonar a poco interesante, pero no se confundan, es una película muy lograda. Vemos además en ella varios detalles interesantes, como el hecho de que Drácula pasee por las calles de Londres una mañana soleada (desmontando la creencia de que de día los vampiros no hacen acto de presencia), o que pueda convertirse en muchas más cosas que un murciélago. Y eso son sólo algunos ejemplos.

Para mí, y esto es tan discutible como cualquier comentario que haya realizado en este post, este Drácula de Coppola es una de las mejores películas del cine de vampiros, y tiene tantas cosas buenas que podría hablar mucho más sobre ello. A quien no la haya visto, le animo a que la vea si le gusta el buen cine, porque descubrirá una película diferente. A quien la haya visto y le haya gustadol le animo a verla de nuevo si tiene tiempo y ganas. A quien la viera y no le gustara, es tan respetable su opinión como el resto. Y a todos en general, espero haberles despertado algún interés al leer el post, tanto para bien como para mal. ¡Un saludo y comentad lo que queráis!

P.D: El próximo post sobre esta sección, se lo dedicaré a “Sospechosos habituales” de Bryan Singer.